El camino de la civilización

El camino de la civilización

El camino de la civilización

Ninguna comunidad o colectivo, por muy primitivo o desarrollado que sea, carece de una cultura dada que le confiere cohesión y le da un carácter distinguido. La cultura es la forma de vida, la postura que se adopta ante la vida y la existencia, y un sistema ético y social que gobierna los aspectos y los pormenores de la vida, que se refleja en la forma de actuar y de comportarse, que confiere a la sociedad su identidad y conserva su cohesión. En cuanto a la civilización, es una realidad que va más allá de la mera existencia cultural, y engloba el concepto de desarrollo, de superioridad cualitativa y cuantitativa, de logros sobre el terreno práctico, de un grado palpable de impacto en el ámbito histórico, de un impacto a la hora de influir en sus acontecimiento y en su trayectoria, un impacto que puede que llegue hasta el punto de formar una curva y un cambio de sentido lúcido en sus dimensiones espaciotemporales. Así pues, cada civilización forma un tejido único en su naturaleza, su entorno, su política, su religión, su cultura, su ciencia y su ética. Todos estos elementos se funden en el crisol unificado que consiste en la civilización de un pueblo u otro, con todas sus idiosincrasias, sus propiedades y sus características únicas.

El Islam tuvo éxito a la hora de transformar las almas de un grupo de creyentes con una vida rural de beduinos en la que tenía protagonismo el tribalismo y el retraso, e hizo que gozasen de una ética excelsa y unos principio elevados que irradiaron el espíritu de civilidad y de civilización en cuestión de muy pocas décadas tras las cuales conquistaron el mundo. Multitudes de personas armonizaron con esta civilización en aquel entonces vista la facilidad, la justicia, la hermandad y la equidad que ofrece la religión que enseño Muhammad (La paz y las bendiciones sean con él).

Las señales de la soberbia

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Lo idóneo sería que se publicase un estudio sobre la influencia islámica sobre Europa; especialmente en este tiempo en el que está en aumento la conexión de los musulmanes y los cristianos árabes con los europeos en este mundo global. Se ha observado que los escritores cristianos en Europa durante la edad media, habían creado una imagen distorsionada del islam desde varios ángulos; sin embargo, gracias a los esfuerzos de los investigadores del siglo pasado, ahora se está formando una nueva imagen más objetiva en las mentes occidentales. Para conseguir unas relaciones buenas con los árabes y los musulmanes deberíamos reconocer todo el mérito de los musulmanes sobre nosotros, pues nuestros intentos de negarlo no es más que un signo de soberbia

Montgomery Watt

Orientalista británico

La civilización islámica tuvo origen en un momento en el que la gente estaba cansada del antiguo régimen basado en la esclavitud y la opresión. Por ello, anhelaron un nuevo sistema en el que veían reflejadas su dignidad y su humanidad después de haber probado el sabor de la injusticia a manos de reyes autócratas y de sacerdotes despóticos.

Así pues, fue el Islam quien les otorgó la oportunidad de oro reformando muchos aspectos de sus vidas. Y así vieron en él por fin la vida digna con la que soñaban. Y al mismo tiempo, disipó su estado de ignorancia, y acabó con la injusticia y el retraso que sufrían.

Ciertamente, la civilización islámica dotó de dignidad la visión del hombre al no discriminar nunca entre un ser humano y su semejante en base a etnias, colores o lenguas. Más bien, todo el mundo encontró un trato equitativo e igual y unos derechos igualitarios. La civilización islámica, jugó un papel efectivo en el avance de la comunidad humana después de cambiar el sistema tribal, que se fundamentaba sobre los vínculos de sangre y linaje, por un sistema de comunidad unida por la creencia y los ideales y cuya cohesión social se basa en la hermandad y en la igualdad.

El objetivo primordial de la civilización desde una perspectiva islámica es la tranquilidad, la paz y la seguridad de sus miembros y la edificación de una sociedad virtuosa que ofrezca felicidad para la humanidad mediante el bien y mediante la lucha contra los factores del mal y la maldad. El desarrollo civilizacional, con sus diversas vías cívicas, no es el fin en sí, sino que el propósito correcto de la civilización es alcanzar el bienestar y la tranquilidad sicológicos del hombre a la par que llega a la paz y el desarrollo de la sociedad y de las naciones. Todo ello a través de descubrir todo aquello que sea de bien y beneficio para todos, y evitando todo aquello que cause mal y perjuicio.

A diferencia de la civilización contemporánea que incrementó la ansiedad y la inestabilidad del hombre al cual machaca bajo los sinsentidos del materialismo desenfrenado, alejándolo de la virtud y la ética de la religión y los demás principios humanos excelsos, y transformando a la humanidad en una máquina inhumana carente de alma y en la cual los fuertes pulverizan a los más débiles.

El suicidio del mundo

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Occidente ahora necesita el islam más que en ningún tiempo pasado, para que le dé significado a la vida, y sentido a la historia, y para cambiar el método occidental en la separación entre ciencia y creencia, sino más bien al contrario debería haber conexión entre ellas y considerarla como una unidad completa e indivisible. Además el islam puede revivir la esperanza en nuestras sociedades occidentales afectadas por el individualismo como modelo de desarrollo que conduce al mundo hacia el suicidio.

Marmaduke Pickthall

Escritor británico



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