3-Moisés, que la paz sea con él:

3-Moisés, que la paz sea con él:

3-Moisés, que la paz sea con él:

Los Israelitas estudiaban entre ellos lo que habían heredado de Abraham, que la paz sea con él, y eran conscientes de la profecía que decía que de entre su descendencia saldría un niño a través de cuyas manos llegaría la destrucción del rey de Egipto. Dicha profecía era bien conocida entre los Israelitas hasta el punto que llegó al faraón al mencionarsela algunos de sus ministros. Entonces, ordenó matar a los niños de los Israelitas como precaución para evitar la llegada de tal niño. Así, los Israelitas vivieron oprimidos y tratados injustamente por parte del faraón. “Ciertamente, Faraón se conducía con altivez en el país y dividía a sus habitantes en castas. Consideraba a un grupo de ellos como del todo insignificantes; degollaba a sus hijos varones, dejando con vida [sólo] a sus mujeres: pues, en verdad, era de esos que siembran la corrupción [en la tierra].” [Al-Qasas:4]

Dios quiso liberar y favorecer a los israelitas oprimidos: “Pero quisimos otorgar Nuestro favor [precisamente] a aquellos que eran considerados [tan] insignificantes en el país, y hacerles adelantados en la fe, y hacerles herederos [de la gloria de Faraón], y establecerles firmemente en la tierra, y hacer que Faraón, Hamán y los ejércitos de ambos experimentaran a través de esos [hijos de Israel] precisamente aquello de lo que querían protegerse.” [Al-Qasas:5-6]

A pesar de las meticulosas precauciones del faraón para aniquilar a Moisés, -llegando al extremo de enviar a hombres y comadronas para vigilar a las mujeres embarazadas con el fin de saber con antelación el momento exacto de su parto, y matar en el acto a todo varón que naciera-, Dios, Todopoderoso, quiso mostrar al faraón, a Hamán y a sus ejércitos aquello que temían.

Así pues, cuando dio a luz la madre de Moisés: “Y así, [cuando él nació,] inspiramos [esto] a la madre de Moisés: “¡Dale de mamar [por un tiempo], y luego, si temes por él, ponlo en el río, y no temas ni estés triste -porque te lo devolveremos, y haremos de él uno de Nuestros mensajeros!”” [Al-Qasas:7]

Temió por él, lo puso en una cesta y lo soltó río abajo: “Y [alguien de] la familia del Faraón lo encontró [y le dio protección]: ¡porque [quisimos que] fuera para ellos un enemigo y una [fuente de] aflicción; pues Faraón, Hamán y los ejércitos de ambos eran en verdad pecadores!”
[Al-Qasas:8]

Y el amor hacia Moisés fue sembrado en el corazón de la esposa del faraón: “Y la mujer de Faraón dijo: “¡[Este niño podría ser] una alegría para mis ojos y los tuyos! ¡No le mates: quizá nos sea útil o lo adoptemos como hijo!” Y no presintieron [lo que llegaría a ser].” [Al-Qasas:9]

En cuanto a la madre de Moisés: “Sin embargo, la madre de Moisés llegó a sentir un doloroso vacío en su corazón, y hubiera ciertamente revelado todo acerca de él si no hubiéramos fortalecido su corazón para que mantuviera viva su fe [en Nuestra promesa]. Y luego dijo a su hermana: “Síguele” –y [la muchacha] le vigiló de lejos, sin que [los que le habían recogido] se dieran cuenta.” [Al-Qasas:10-11]

“Y desde un principio hicimos que rehusara el pecho de las nodrizas [egipcias]; y [cuando su hermana supo esto,] dijo: “¿Queréis que os indique a una familia que os lo críe, y cuide fielmente de él?” Y así lo devolvimos a su madre para que se alegraran sus ojos y no estuviera triste, y para que supiera que la promesa de Dios se cumple siempre -pero la mayoría de ellos no sabe.” [Al-Qasas:12-13]

Y así, Moisés, que la paz sea con él, creció en el palacio del tirano faraón: “Y cuando [Moisés] alcanzó la madurez plena y estuvo formado [mentalmente], le concedimos la habilidad de juzgar [entre el bien y el mal] y también conocimiento [innato]: pues así recompensamos a los que hacen el bien. Y [un día] entró en la ciudad mientras [la mayoría de] sus habitantes estaban [descansando en sus casas] ajenos a lo que pasaba [en las calles]; y encontró allí a dos hombres peleándose -uno era de su gente, y el otro de sus enemigos. Y el que era de su gente le pidió ayuda contra el que era de sus enemigos -y entonces Moisés le dio un puñetazo, causándole [con ello] la muerte. [Pero luego] dijo [para sí]: “¡Esto es obra de Satán! Ciertamente, es un enemigo declarado, que extravía [al hombre].”[Y] oró: “¡Oh Señor mío! ¡Ciertamente, he pecado contra mí mismo! ¡Concédeme, pues, Tu perdón!” Y Él le perdonó -pues, ciertamente, sólo Él es realmente indulgente, dispensador de gracia. Dijo: “¡Oh Señor mío! ¡[Hago voto,] por todas las bendiciones que me has concedido, que jamás asistiré a quienes están hundidos en el pecado!”” [Al-Qasas:14-17]

Sin embargo, cuando mató a su enemigo y al enemigo de los israelitas: “Y a la mañana siguiente se encontraba en la ciudad, temeroso y vigilante, cuando ¡he ahí! que aquel que le había pedido ayuda el día anterior, [de nuevo] le llamaba a gritos [pidiendo ayuda -y entonces] Moisés le dijo: “¡Sin duda eres alguien claramente descarriado!” Pero, justo cuando estaba a punto de echarse sobre el que era enemigo de ambos, éste exclamó: “¡Oh Moisés! ¿Quieres matarme como al hombre que mataste ayer? ¡No quieres más que imponer tu tiranía en el país y no quieres ser de los que ponen orden!” Y un hombre llegó corriendo del otro extremo de la ciudad, y dijo: “¡Oh Moisés! ¡Los dignatarios [del reino] están deliberando sobre ti para matarte! ¡Vete, pues: en verdad, soy de los que te desean sinceramente el bien!” Salió, pues, de allí, temeroso y vigilante, y oró: “¡Oh Señor mío! ¡Sálvame de la gente malhechora!”” [Al-Qasas:18-21]

Entonces, salió de Egipto con dirección a Madián: “Y volviendo el rostro hacia Madián, dijo [para sí]: “¡Puede que mi Señor me guíe [así] al camino recto!” Y cuando llegó a los pozos de Madián, encontró allí a un grupo numeroso de hombres que abrevaban [sus rebaños]; y encontró a cierta distancia de ellos a dos mujeres que mantenían alejado a su rebaño. [Les] preguntó: “¿Qué os pasa?” Respondieron: “No podemos abrevar [nuestros animales] hasta que los pastores se hayan ido [con los suyos] -pues [somos débiles y] nuestro padre es un hombre muy anciano.” Abrevó, entonces, por ellas [su rebaño]; y luego se retiró a la sombra y oró: “¡Oh Señor mío! ¡En verdad, estoy necesitado de cualquier bien que hagas descender para mí!””
[Al-Qasas:22-24]

Las dos cjóvenes contaron lo que había pasado a su Padre -el profeta Shu’aib- y este envío a una de sus hijas en búsqueda de Moisés, que la paz sea con él: “[Poco] después, una de las dos [jóvenes] se acercó a él con paso recatado, y dijo: “Mi padre te invita para recompensarte por haber abrevado por nosotras [el rebaño].”” [Al-Qasas:25]

Moisés vino entonces a ver a Shu’aib, que la paz sea con ambos: “Y cuando [Moisés] llegó ante él y le contó la historia [de su vida], dijo: “¡No temas! ¡Ya estás a salvo de esa gente malhechora!” [Al-Qasas:25]

Cuando una de las hijas vio el comportamiento ejemplar de Moisés, que la paz sea con él: “Una de las dos [jóvenes] dijo: “¡Oh padre mío! ¡Tómalo de jornalero: pues, en verdad, el mejor [hombre] al que puedes tomar de jornalero es alguien [tan] fuerte y digno de confianza [como él]!””[Al-Qasas:26]

Shu’aib le pidió a Moisés, que la paz sea con ambos dos: “[Pasado un tiempo, el padre] dijo: “Estoy dispuesto a darte en matrimonio a una de esta dos hijas mías a cambio de que permanezcas ocho años a mi servicio; y si cumples diez, será por decisión tuya, pues no quiero imponerte algo que encuentres excesivo: [al contrario,] hallarás que soy, si Dios quiere, justo en todos mis tratos.” [Moisés] respondió: “¡Así [queda ajustado] entre tú y yo! ¡Sea cual sea el plazo que cumpla de los dos, no habrá mala voluntad contra mí; y Dios es testigo de todo lo que decimos!”” [Al-Qasas:27-28]

Una vez terminado el tiempo que habían acordado, Moisés decidió partir en viaje junto a su familia: “Y cuando Moisés hubo cumplido su plazo, y estaba viajando con su familia [por el desierto], distinguió un fuego en la ladera del monte Sinaí; [y] dijo a su familia: “¡Quedaos aquí! Puedo distinguir [a lo lejos] un fuego; quizá pueda traeros de él alguna indicación, o [al menos] una tea del fuego, para que podáis calentaros.”” [Al-Qasas:29]

Entonces, le llegó la revelación: “Pero cuando se aproximó a él, exclamó una voz desde la ladera derecha del valle, desde el árbol [que ardía] en tierra bendecida: “¡Oh Moisés! ¡En verdad, Yo soy Dios, el Señor de todos los mundos!” Y [luego dijo Él]: “¡Tira tu vara!” Pero cuando la vio moverse rápidamente, como si fuera una serpiente, huyó [atemorizado], sin [atreverse a] volver. Y Dios le habló de nuevo:] “¡Oh Moisés! ¡Acércate y no temas -pues, ciertamente, tú eres de los que están a salvo [en este mundo y en el próximo]! “[Y ahora] pon tu mano en tu costado: saldrá [luminosamente] blanca, sin mácula. Y [en adelante] mantén tu brazo pegado al costado, libre de todo temor. Pues, estos serán los dos signos [de que eres portador de un mensaje] de tu Señor a Faraón y sus dignatarios -pues, ¡ciertamente, son una gente depravada!” [Al-Qasas:30-32]

Sin embargo, Moisés, que la paz sea con él, temió al faraón por causa del hecho de haber matado anteriormente a su enemigo y debido a su dificultad para pronunciarse con elocuencia: “[Moisés] dijo: “¡Oh Señor mío! He matado a uno de ellos, y temo que me maten... Y mi hermano Aarón -él es de lengua más elocuente que yo. Envíale conmigo, como ayudante, para que dé [elocuente] testimonio de que digo la verdad: pues, temo en verdad que me desmientan.”” [Al-Qasas:33-34]

Por ello, pidió a Dios que enviara a con él a su hermano Aarón como apoyo: “Y nombra, de entre mi gente, a uno que me ayude a llevar mi carga: Aarón, mi hermano. ¡Refuérzame con él, y hazle partícipe de mi misión, para que [juntos] alabemos mucho Tu infinita gloria y Te recordemos sin cesar! ¡Ciertamente, Tú ves dentro de Nosotros!” Dijo: “¡Se te concede todo lo que has pedido, Oh Moisés!””
[Ta Ha:29-36]

Cuando se presentaron ante el faraón y le hicieron llegar el mensaje con el cual habían sido enviados invitándole a adorar sólo a Dios, sin asociados, a liberar a los israelitas de su yugo, su opresión, su dominación y su esclavitud, a dejarles adorar a Dios haya donde quieran y dedicarse a proclamar su unicidad y a invocarle, el faraón fue poseído por su arrogancia, contestó con altivez, insolvencia y miró a Moisés con desdén y menosprecio diciéndole: “Dijo: “¿No te criamos entre nosotros cuando eras niño? ¿Y no pasaste [luego] muchos años de tu vida entre nosotros? ¡Y cometiste aquel [abyecto] acto tuyo, y [has demostrado que] eres uno de los ingratos!”” [Ash-Shu’ara’:18-19]

Moisés contestó: “[Moisés] respondió: “Lo cometí cuando estaba aún extraviado.”
[Ash-Shu’ara’:20]

Es decir, eso se produjo antes de ser elegido y recibir la revelación: “Y huí de vosotros por temor. Pero [desde] entonces mi Señor me ha dotado de capacidad para juzgar [entre el bien y el mal], y me ha hecho uno de [Sus] mensajeros.” [Ash-Shu’ara’:21]

En cuanto a los favores y la educación que recibió de él y el haber crecido bajo su protección, le contestó: “Y [en cuanto a] ese favor que tan burlonamente me recuerdas -[¿acaso no] se debió a que habías esclavizado a los hijos de Israel?” [Ash-Shu’ara’:22]

En otras palabras: mencionas el favor de haberme tratado con bondad y el favor que hiciste a un solo hombre de los israelitas; sin embargo, sometiste a la esclavitud a un pueblo entero y los obligaste a trabajar para ti y a servirte. Entonces, el faraón preguntó por el Dios al que invita Moisés: “El Faraón dijo: “¿Y qué es ese ‘Señor de todos los mundos’?” [Ash-Shu’ara’:23]

La respuesta convincente no tardó en llegar: “[Moisés] respondió: “¡El Señor de los cielos y de la tierra y de lo que hay entre ellos: si tan sólo os [dejarais] convencer!””
[Ash-Shu’ara’:24]

El faraón recurrió al sarcasmo y empezó a mofarse: “[El Faraón] dijo a los que estaban a su alrededor: “¿Habéis oído [lo que ha dicho]?”” [Ash-Shu’ara’:25]

Moisés siguió su discurso sin importarle nadie: “¡Vuestro Señor, [también,] y el Señor de vuestros antepasados!” [Ash-Shu’ara’:26]

La arrogancia del Faraón no hizo más que aumentar: “[El Faraón] exclamó: “¡Ciertamente, [este] ‘enviado’ vuestro que [dice] ha sido enviado a vosotros es sin duda un loco!” [Ash-Shu’ara’:27]

Sin embargo, nada podía detener la causa del mensajero de Dios Moisés: “[Pero Moisés] prosiguió: “¡[Aquel de quien hablo es] el Señor del este y del oeste y de lo que hay entre ellos -[como sabríais] si tan sólo usarais vuestra razón!” [Ash-Shu’ara’:28]

El faraón, ese dictador soberbio, al carecer de pruebas racionales y lógicas se refugió en las amenazas: “[El Faraón] dijo: “¡En verdad que si tomas por dios a otro que a mí, ciertamente te haré arrojar en prisión!”” [Ash-Shu’ara’:29]

De la misma forma en que la burla y la ironía fueron incapaces de detener a Moisés, tampoco puedo hacerlo la amenaza, y contestó con firmeza: “Dijo: “¿Aun si trajera ante ti algo que muestra claramente la verdad?”[El Faraón] respondió: “¡Muéstralo, pues, si eres hombre veraz!” Entonces [Moisés] arrojó su vara, y ¡he ahí! que era una serpiente, claramente visible; y extrajo su mano, y ¡he ahí! que apareció [luminosamente] blanca ante los espectadores.” [Ash-Shu’ara’:20]

Entonces el faraón temió que la gente creyese: “[El Faraón] dijo a los dignatarios que estaban a su alrededor: “En verdad, este es un mago de gran maestría. Y que quiere expulsaros de vuestra tierra con su magia. ¿Qué aconsejáis, pues?” Respondieron: “Dales largas, a él y a su hermano, y envía emisarios a todas las ciudades que hagan venir ante ti a todo mago de gran maestría.”” [Ash-Shu’ara’:20]

Después de haber visto el faraón todas esas pruebas, pecó de arrogante, no creyó y rechazó la verdad: “Y ciertamente, hicimos a Faraón consciente de todos Nuestros mensajes -pero los desmintió y rehusó [darles crédito]. Dijo: “¿Has venido a expulsarnos de nuestra tierra con tu magia, Oh Moisés? En ese caso, ¡ciertamente, produciremos ante ti una magia igual! ¡Fija, pues, una cita entre nosotros y tú –a la que ni nosotros ni tú faltemos- en un lugar apropiado!” [Moisés] respondió: “Vuestra cita será el día de la Fiesta Mayor; y que se convoque a la gente a media mañana.” Entonces Faraón se retiró [con sus consejeros] y decidió su plan a seguir; y luego acudió [a la cita].” [Ta-Ha:56-60]

Moisés temió que cayese sobre ellos el castigo de Dios: “Moisés les dijo: “¡Ay de vosotros! ¡No inventéis mentiras contra Dios, no sea que os destruya con un castigo: pues, ciertamente, quien inventa [tales] mentiras fracasará lamentablemente!””
[Ta-Ha:61]

Difirieron entre ellos, y algunos dijeron: éstas no son las palabras de un hechicero. “Entonces debatieron entre ellos sobre qué hacer; pero mantuvieron secreto su consejo.” [Ta-Ha:62]

Pero volvieron y la mayoría de ellos dijeron: “Dijeron: “Ciertamente, estos dos son magos que se proponen expulsaros de vuestra tierra con su magia, y acabar con vuestra forma de vida superior. Así pues, [Oh magos de Egipto,] decidid vuestro plan a seguir, y luego acudid en filas: pues, ¡en verdad, quien sea superior hoy, prosperará!”” [Ta-Ha:63-64]

“Respondió: “¡No! ¡Arrojad vosotros [primero]!” Y, he aquí, que por efecto de su magia, le pareció que sus cuerdas y bastones se movían con rapidez.” [Ta-Ha:66]

Temió que los brujos disuadiesen a la gente: “Y Moisés sintió aprensión en su corazón.” [Ta-Ha:67]

Y recibió la orden divina: “[Pero] dijimos: “¡No temas! ¡Ciertamente, tú serás superior! Y [ahora] arroja ese [bastón] que tienes en tu mano derecha -se tragará todo lo que han hecho: ¡[pues] lo que han hecho es sólo artimaña de mago, y el mago no alcanzará bien alguno, cualquiera que sea su propósito!” [Ta-Ha:68-69]

“Y [entonces] inspiramos a Moisés: ¡Arroja tu bastón!”, y he aquí que se tragó todos sus engaños: y así la verdad fue vindicada, y se desvaneció todo lo que habían hecho.” [Al-Aaraf:117-118]

Y entonces se produjo la sorpresa: “Y en aquel momento y lugar fueron derrotados y humillados por completo. Y los magos cayeron al suelo, postrándose [y] exclamando: “¡Creemos en el Señor de todos los mundos, el Señor de Moisés y de Aarón!”” [Al-Aaraf:119-122]

“Y los magos cayeron al suelo, postrándose en adoración, [y] exclamando: “¡Creemos en el Señor de Aarón y de Moisés!”” [Ta Ha:70]

La respuesta del faraón de nuevo fue una necia amenaza: “[El Faraón] dijo: “¿Creéis en él antes de que yo os dé permiso? ¡En verdad, él debe ser vuestro superior, el que os ha enseñado la magia! Pero, ¡ciertamente, haré que os corten las manos y los pies en masa, por [vuestra] perversidad, y, ciertamente, os haré crucificar en masa sobre troncos de Palmera.”” [Ta Ha:71]

Su reacción fue una sorpresa para él y una muestra de lo que la fe hace con los creyentes: “Respondieron: “¡Ningún mal [puedes hacernos]: en verdad, a nuestro Señor nos volvemos! ¡En verdad, [sólo] deseamos ardientemente que nuestro Señor nos perdone nuestras faltas por haber sido los primeros entre los creyentes!”” [Ash-Shu’ara’:50-51]

El faraón continuo persiguiendo a los creyentes y Dios le castigó a él y a quienes le seguían: “Y ciertamente afligimos a la gente de Faraón con años de sequía y escasez de cosechas, para que pudieran recapacitar. Pero cuando les llegaba algún bien, decían: “Esto lo teníamos merecido”; y cuando les afligía algún mal, culpaban de su mala suerte a Moisés y a quienes le seguían. En verdad, su mala [fortuna] había sido decretada por Dios, pero la mayoría no lo sabían.” [Al-Aaraf:130-131]

Pero ni creyeron ni se arrepintieron: “Y le dijeron [a Moisés]: “¡Sea cual fuere el signo que traigas para hechizarnos con él, no te creeremos!” Y entonces enviamos contra ellos inundaciones y [plagas de] langostas, de piojos y de ranas, y [agua que se convertía en] sangre; signos claros [todos ellos]: pero se mostraron altivos, pues eran una gente hundida en el pecado.” [Al-Aaraf:132-133]

Pero al verse incapaces ante lo que les pasaba: “Y cuando una plaga les azotaba, exclamaban: ¡Oh Moisés, ruega por nosotros a tu Señor en virtud de la alianza que ha concertado contigo [como profeta]! ¡Si apartas de nosotros esta plaga, ciertamente te creeremos y dejaremos partir contigo a los hijos de Israel!” Pero cada vez que apartábamos de ellos la plaga y les dábamos tiempo para cumplir su promesa, he ahí que faltaban a su palabra.” [Al-Aaraf:134-135]

Al no cumplir nada de lo que habían afirmado y prometido, y al romper su pacto: “Y por ello les infligimos Nuestro castigo; e hicimos que se ahogaran en el mar, por haber desmentido Nuestros mensajes y haberse desentendido de ellos.” [Al-Aaraf:136]

El pueblo de Egipto insistía en su incredulidad, su arrogancia y su obstinación siguiendo a su rey el Faraón y buscando la contraria al profeta y mensajero de Dios con el que había hablado, Moisés hijo de Imran, de la paz sea con él. Dios había establecido todas las pruebas innegables e indudables ante el pueblo de Egipto y haber manifestado ante ellos cosas extraordinarias que sorprendían las vistas y asombraban las mentes, y a pesar de todo esto el pueblo seguía sin volver al camino de la verdad y sin arrepentirse. Pocos de entre el pueblo del faraón habían creído aparte de los hechiceros y el pueblo israelita. No osaban mostrar su fe por temor al faraón, a su violencia y su autoridad. Entonces, Dios reveló a Moisés y a su hermano Aarón, que la paz sea con ambos, que se estableciesen junto a su pueblo en casas destacadas, diferentes a las casas de los seguidores del faraón, para estar así dispuestos y preparados para que, una vez se les ordenara el éxodo, se pudieran reconocer entre sí las casas que pertenecían a los israelitas y adorar a Dios en ellas: “E inspiramos [esto] a Moisés y a su hermano: “Reservad algunas casas en la ciudad para vuestro pueblo y [decidles], ‘¡Convertid vuestras casas en lugares de culto y sed constantes en la oración!’ Y anuncia [Oh Moisés] la buena nueva [del auxilio de Dios] a todos los creyentes.’” [Yunus:87]

Luego, Dios reveló a Su siervo Moisés: “Y [llegó un tiempo en que] inspiramos esto a Moisés: “¡Parte con Mis siervos de noche: pues, ciertamente, seréis perseguidos!”” [Ash-Shu’ara’:52]

La respuesta del faraón fue: “Y Faraón envió emisarios a todas las ciudades, [para organizar una leva de tropas y para anunciar:] “Ciertamente, estos [hijos de Israel] son sólo una banda insignificante;

pero están en verdad llenos de odio hacia nosotros porque ven que somos una nación unida, prevenida contra el peligro.” [Ash-Shu’ara’:53-56]

Pero Dios quiso otra cosa: “y así pues los hemos expulsado [justamente] de [sus] jardines y fuentes, y [les hemos desposeído de sus] tesoros y [de su] posición de honor.” Así fue: pero [con el paso del tiempo] habríamos de conceder todas esas [cosas] como herencia a los hijos de Israel.” [Ash-Shu’ara’:57-59]

Y alcanzaron a los israelitas: “Y [los egipcios] les dieron alcance al amanecer.” [Ash-Shu’ara’:60]

Y cuando llegaron a los israelitas: “Y tan pronto como los dos grupos se avistaron, los seguidores de Moisés exclamaron: “¡Sin duda seremos alcanzados [y aniquilados]!”” [Ash-Shu’ara’:61]

No obstante, el mensajero de Dios, Moisés, que la paz sea con él, estaba lleno de confianza en Dios y conocía bien a su Señor, y buscó apoyo en el Altísimo, glorificado sea: “Respondió: “¡No, en verdad! ¡Mi Señor está conmigo: Él me guiará!”” [Ash-Shu’ara’:62]

Y vino la guía y la misericordia de Dios: “Entonces inspiramos esto a Moisés: “¡Golpea el mar con tu vara!” -entonces se abrió, y cada lado era como una enorme montaña. E hicimos que los perseguidores se aproximaran a aquel lugar: y salvamos a Moisés y a todos los que estaban con él, y luego hicimos que se ahogaran los otros. Ciertamente, en esta [historia] hay en verdad un mensaje [para todos los hombres], aunque la mayoría de ellos no crean [en él]. Y, no obstante, ¡en verdad tu Señor –sólo Él- es todopoderoso, dispensador de gracia!” [Ash-Shu’ara’:63-68]

En ese extraordinario momento: “Y franqueamos a los hijos de Israel la travesía del mar; y entonces Faraón y su ejército les persiguieron con gran insolencia y hostilidad.” [Yunus:90]

En ese instante el faraón supo con certeza que iba a morir ahogado: “Cuando estaba a punto de ahogarse, [El Faraón] exclamó: “¡Sí, creo que no hay más deidad que Aquel en quien creen los hijos de Israel, y soy de los que se someten a Él!” [Yunus:90]

Sin embargo, ya era demasiado tarde, pues le había llegado su momento de morir: “[Pero Dios dijo:] “¿Ahora? ¿Cuando antes fuiste desobediente y has sido de los que siembran la corrupción?” [Yunus:91]

Así, Dios completó su favor con los israelitas ahogando a su enemigo. Y cuando cursaron el mar: “Y franqueamos a los hijos de Israel la travesía del mar; y luego se encontraron con un pueblo entregado a la adoración de sus ídolos. Dijeron [los hijos de Israel]: “¡Moisés, danos un dios, como ellos tienen dioses!” [Al-Aaraf:138]

Es decir, es una petición ignorante después del amparo y la salvación que Dios os dio del faraón y de sus ejércitos: “Respondió: “¡En verdad, sois un pueblo que ignora [el bien y el mal]! Respecto a estos -ciertamente, su modo de vida conduce a la destrucción; y todo lo que hayan hecho habrá sido en vano.””
[Al-Aaraf:138-139]

Más tarde, Moisés, que la paz sea con él, acudió al encuentro de su Señor: Y emplazamos a Moisés durante treinta noches [en el monte Sinaí]; y les añadimos diez, completándose así el plazo de cuarenta noches fijado por su Señor. Y Moisés dijo a su hermano Aarón: “Toma mi lugar entre mi gente; y obra rectamente, y no sigas el camino de los que siembran la corrupción.” [Al-Aaraf:142]

Dios habló con Moisés y le dirigió en exclusiva sus palabras y su mensaje: “[Dios] dijo: “¡Moisés! Ciertamente, te he enaltecido sobre todas las gentes al entregarte Mis mensajes, y por haberte hablado: ¡Toma, pues, lo que te he entregado y sé de los agradecidos!” [Al-Aaraf:144]

Le entregó los mandamientos y la Torá que incluía las leyes de Dios: “Y le prescribimos en las tablas [de la Ley] toda clase de advertencias, exponiendo todo con claridad. Y [dijimos:] “Cógelas con [toda tu] fuerza y ordena a tu pueblo que se aferre a sus excelentes reglas.” Os mostraré el camino que habrán de seguir los perversos.” [Al-Aaraf:145]

Al completar su encuentro con Dios y al recibir la Torá, Moisés regresó con su pueblo pero no se esperaba lo que se encontró: “Y en su ausencia, el pueblo de Moisés dio en adorar la efigie [hecha] con sus ornamentos, de un becerro que emitía un mugido. ¿No veían acaso que no podía hablarles ni les guiaba de ningún modo? [Y aún así] dieron en adorarle, porque eran malhechores: aunque [luego,] cuando se golpeaban las manos de remordimiento al ver que se habían extraviado, decían: “¡En verdad, a menos que nuestro Señor se apiade de nosotros y nos perdone, seremos, ciertamente, de los perdidos!”” [Al-Aaraf:148-149]

La noticia tuvo un efecto nefasto sobre Moisés: Y cuando Moisés regresó a su gente, lleno de ira y pesar, dijo: “¡Que perverso es el curso que habéis tomado en mi ausencia! ¿Habéis abandonado el mandamiento de vuestro Señor?” Y arrojó las tablas [de la Ley], y agarró a su hermano de la cabeza, arrastrándolo hacia sí. Aarón exclamó: “¡Oh hijo de mi madre! En verdad, la gente me humilló y casi me matan: ¡no hagas que mis enemigos se alegren de mi aflicción, y no me tomes por uno de los malhechores! [Moisés] dijo: “¡Oh Señor mío! ¡Perdónanos, a mí y a mi hermano, y admítenos en Tu misericordia: pues Tú eres el más misericordioso de los misericordiosos!” [Al-Aaraf:150-151]

Y preguntó al samaritano que había fabricado el buey diciéndole: “¿Cuál es tu propósito, oh samaritano?” [Ta-Ha:95]

Éste contestó: “Respondió: “He podido desvelar algo que ellos han sido incapaces de ver: y tomé entonces un puñado de las enseñanzas del Enviado y lo deseché: pues eso fue lo que mi mente me incitó a hacer.”” [Ta-Ha:96]

La respuesta de Moisés tajante y no dejaba lugar a dudas en Dios: “[Moisés] dijo: “¡Vete, pues! Y, ciertamente, tendrás que decir durante toda [tu] vida: ‘¡No me toquéis!’ ¡Pero, en verdad, [en la Otra Vida] te aguarda un destino del que no escaparás! Y [ahora] mira a esta deidad tuya de cuyo culto has sido tan devoto: ¡ciertamente, la quemaremos y destruiremos en el mar! Vuestra deidad es Dios, no hay deidad excepto Él. Lo abarca todo en Su conocimiento.” [Ta-Ha:97-98]

Moisés, la paz sea con él, les llevó y se dirigió a la tierra sagrada llevándose las tablillas: “Y cuando se hubo aplacado la ira de Moisés, cogió las tablas en cuya escritura había guía y misericordia para quienes sentían temor de su Señor.” [Al-Aaraf:154]

Algunos israelitas no querían aceptar lo que contenía la Torá; así que Dios levantó la montaña por encima de sus cabezas: “¡Mal ejemplo dan quienes insisten en desmentir Nuestros mensajes: pero [sólo] pecan contra sí mismos!” [Al-Aaraf:171]

Y a pesar de que la Torá era una guía y una misericordia de Dios, sólo la aceptaron por temor de que la montaña cayese sobre ellos. Y continuó la terquedad de los israelitas con su profeta Moisés, que la paz sea con él. Una vez, asesinaron a una persona. Era un hombre rico del pueblo de Israel cuyo primo había matado de noche. Los israelitas difirieron entre ellos y se intercambiaron acusaciones. Cada uno negaba haber sido el asesino. Entonces acudieron al mensajero de Dios Moisés, que la paz sea con él, y dijeron faltándole al respeto: Moisés, si eres de verdad un profeta, pídele a Dios.

Dios le mandó a Moisés ordenarles a los israelitas sacrificar una vaca, tomar parte de ella y golpear con él al cadáver. Así resucitaría Dios al difunto, y éste hablaría y revelaría quién fue su asesino. Dijo Dios, alabado sea: “Porque cuando matasteis [Oh hijos de Israel,] a un ser humano y os recriminasteis mutuamente [del crimen] -aunque Dios desvelará lo que preferiríais ocultar. Y dijimos: “Golpeadlo con una parte de ella: así salva Dios vidas de la muerte y os muestra Su voluntad, para que [aprendáis] a usar vuestra razón.” [Al-Baqara:72-73]

Entonces, Moisés dijo: “sacrificad una vaca.”

De haber tomado una vaca cualquiera, hubiese sido suficiente, pero actuaron con terquedad. Dios, exaltado sea, los relata lo que dijo Su profeta Moisés y dice: “Y he ahí que Moisés dijo a su pueblo: “Dios os ordena que sacrifiquéis una vaca.” Dijeron: “¿Te burlas de nosotros?” Él respondió: “¡Dios me libre de ser tan ignorante!”” [Al-Baqara:67]

Dijo el pueblo: “Pide de parte nuestra a tu Señor que nos aclare cómo ha de ser.” [Al-Baqara:68]

Fueron intransigentes y Dios les trató con intransigencia: “Dice que sea una vaca ni vieja ni demasiado joven.”[Al-Baqara:68]

No es una vaca vieje ni una vaca joven que nunca dio a luz: “Respondió “Dice que sea una vaca ni vieja ni demasiado joven, sino de mediana edad. ¡Haced, pues, lo que se os ordena!”[Al-Baqara:68]

Y así, fueron cerrando el círculo alrededor de sí mismos: “Pide de parte nuestra a tu Señor que nos aclare cómo ha de ser.” [Al-Baqara:68]

Dios no les había hablado del color ni había puesto como condición un color específico: “Respondió: “Dice que sea una vaca amarilla, de color vivo, y agradable a la vista.””[Al-Baqara:69]

Se reunieron entonces en un consejo cerrado y volvieron después a él: “Dijeron: “Pide de parte nuestra a tu Señor que nos aclare cómo ha de ser, pues todas las vacas nos parecen iguales; así, si Dios quiere, seremos, ciertamente, bien dirigidos.””
[Al-Baqara:70]

Él les contestó: “[Moisés] respondió: “Dice que sea una vaca no uncida para arar la tierra ni para regar los cultivos, intacta y sin manchas de ningún otro color.” Dijeron: “¡Por fin has traído la verdad!” -y entonces la sacrificaron, aunque poco falto para que no lo hicieran.” [Al-Baqara:71]

Tuvieron que ir por todas las ciudades israelitas y buscar en todos sus pueblos, pueblo por pueblo, hasta que encontraron la vaca después de mucho esfuerzo y haberles costado mucho. Y sacrificaron la vaca por fin, y cerca estuvieron de no hacerlo. Golpearon el cadáver sobre cuya muerte habían discutido con una parte de la vaca. Entonces, el muerto se levantó de repente vivo con el permiso de Dios. Moisés le preguntó: ¿Quién te mató? El hombre resucitado contestó: ¡Éste! “Dijimos: “Golpeadlo con parte de ella: así salva Dios vidas de la muerte y os muestra Su voluntad, para que [aprendáis] a usar vuestra razón.””
[Al-Baqara:73]

El samaritano adorador del becerro

Es imposible que el profeta Arón, que la paz sea con él, fuese quien fabricó la estatua del becerro y quien invitara a la idolatría. Los profetas y mensajeros invitan todos a la unicidad de Dios, alabado sea, y quien haya transmitido esta historia, ha falsificado la realidad: “Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.”

Cuando llegaron a la tierra prometida encontraron que en ella habitaba un pueblo de una fuerza tremenda: “Y, ciertamente, Moisés dijo a su pueblo: “¡Oh pueblo mío! Recordad las bendiciones que Dios os dispensó al suscitar entre vosotros profetas y haceros dueños de vosotros mismos, y os concedió [favores] que no había concedido a nadie más en el mundo. ¡Oh pueblo mío! ¡Entrad en la tierra santa que Dios os ha prometido; pero no reneguéis [de vuestra fe], porque entonces estaríais perdidos!” Dijeron: “¡Oh Moisés! Ciertamente, esa tierra está poblada por gentes feroces y no entraremos en ella a menos que salgan ellos; pero si salen de ella, entonces, sí entraremos.” [Al-Ma’ida:20-22]

“[Pero] dijeron: “¡Oh Moisés! Ciertamente, no entraremos nunca en esa [tierra] mientras ellos sigan allí. ¡Id, pues, tú y Tu Señor, y combatid juntos! ¡Nosotros, ciertamente, nos quedaremos aquí!””[Al-Ma’ida:24]

Dios les reprochó por su cobardía y los castigo por no haber luchado y no haber obedecido a su mensajero a vagar sin rumbo. Moisés les dijo: “[Moisés] rezó: “¡Oh Señor mío! ¡No tengo autoridad sino sobre mí mismo y sobre mi hermano [Aarón]: traza, pues, una línea divisoria entre nosotros y estas gentes malvadas!” [Al-Ma’ida:25]

Dios, alabado sea, accedió: “Dijo Él: “Pues, en verdad, esta [tierra] les estará prohibida durante cuarenta años, mientras vagan por la tierra de un lado para otro, desconcertados; y no te aflijas por esas gentes malvadas.”” [Al-Ma’ida:26]

Y así vagaban por la tierra sea rombo día y noche, por la tarde y por la mañana.




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